Los niños y adolescentes con trastornos neuromotores tienen un riesgo muy elevado de presentar desnutrición por diversidad problemas que los pueden afectar: trastornos en la deglución, reflujo gastroesofágico, esofagitis, gastritis, alteración del reflejo gastrocólico, estreñimiento, anorexia, etc. Estos trastornos afectan la relación entre la cantidad de alimento aportado al paciente y sus ingestas reales.
En vista de ello es necesario llevar a cabo en estos pacientes una valoración de forma periódica y sistemática de su estado nutricional y a partir de dicha valoración tomar las decisiones oportunas respecto a requerimientos nutricionales, suplementación, vías de administración, siempre teniendo en cuenta también las posibles complicaciones digestivas que puedan existir.
De esta forma, se contribuirá a mejorar su calidad de vida y también disminuirá el grado de estrés en el que viven las personas encargadas de su cuidado.
Se comprende que estas acciones, por su complejidad ameritan un abordaje interdisciplinario.
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